SE HABLA CADA VEZ CON MÁS CERTEZAS
Así,
como el color del humo presume la voracidad del
fuego,
o el cauce de un río su arrebato
por cómo naces se adivina el carácter,
por la línea de tu mano los hijos que te esperan,
por la forma de tu cráneo la inteligencia,
por el ancho de tus huesos tu fortaleza,
por tus actos la magnitud de tu entierro
y por tú cadáver
la demora de tu olvido.
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