jueves, 12 de septiembre de 2019

GUILLERMO BIANCHI




DENSIDAD DE LA LUZ


salgamos a la puerta
se deben haber ido los fantasmas
hay una brisa que lo explica todo
la dualidad
el fin de los temores
derrama el sol una mirada tibia
sobre la mansedumbre del paisaje
harto de su belleza
el cielo inventa pájaros que le arañan el rostro
todo busca su alquimia de luz precipitada
se deben haber ido los fantasmas
salgamos a la puerta
lentamente el cortejo de la noche
se hunde por el peso
de su propia armadura.

ESTELA ZANLUNGO




MANIFIESTO


A veces cuando el mundo le pasa por encima
a mi capacidad de comprender,
el daño viene
en un íntimo acto del asombro
y desde el caos
solo se va ordenando.
En los últimos tiempos hay quien objeta,
no sin razones,
los límites inciertos entre el poema y lo real
como una idea de quedarse con algo
del dolor de los otros.
Para evitar el riesgo uno
podría resguardarse en la anestesia
del domingo a la tarde
y rematar con dos versos sencillos acerca
de la contradicción del animal humano.
A veces creo que todo lo que pasa
es que algo tiene que sangrar,
entonces veo indicios de lo impensado y quedo
como después de un viento que me ha llevado la pollera
varada,
soy un escarabajo
dado vuelta en la avenida.