martes, 13 de diciembre de 2016

CLAUDIO ARCHUBI



Poema

El no nacido se cierne sobre mí, atrapado por
las paredes del cambio. Voy dejando cosas en el Norte.
Pero mi piedra va conmigo.

        Las estatuas están quietas bajo la lluvia,
abrazadas por las raíces, unidas a los grandes árboles
de la belleza.

       Pronuncian su palabra lenta, la pronuncian
para mí: “llevas tu piedra, también nos llevas”. 

JULIO SALGADO



FU MANCHU Y SACRILEGIO


Serpiente de la luz.

Oh sí serpiente. Blanda sobre las cáscaras de las piedras invertidas
       en los ojos de un mago
       tus ojos transparentes germinan a la sombra danzando en
       algunas de tus escamas.

A un año de los tristes
       los pilotos del desierto se ríen en tu sed mientras la flor sale
       desde tu calavera.

Oh sí serpiente, tu piel surge contraria y sabe dividirse con las
       piernas mezcladas en collares.

Vientre dulce de las abejas muertas, explotas como pañuelos
       de diversos tamaños en los dientes de un loco
       mientras el mágico dolor de la sorpresa ayuda a que vivas,

       Hechicera.

jueves, 17 de noviembre de 2016

JOTAELE ANDRADE



ESOS PEQUEÑOS CRÍMENES

ese maravilloso pájaro que hemos muerto
de un golpe
una pedrada
levísimo en el sudario de su aire
en el fino polvo que opaca su plumaje
en el imperceptible gusano que horada su vientre
pesa tanto como un astro

o es la memoria de su vuelo
detenido como un árbol en sus raíces
cuanto ahora se desploma sobre la vajilla y los
                                                        /aniversarios

todo ha sido ese pequeño pájaro
una minucia entre los días y los libros
entre el humo de los incendios naturales y las
                                                                  /lluvias
entre las hormigas y todas las palabras

ahora se desploma y el mundo cumple
riguroso
horarios
giros
estaciones

y nuestra lengua brilla y hace emerger
la oscura moneda para el salario de amor
que puntualmente paga
estos pequeños crímenes


martes, 30 de agosto de 2016

MIGUEL ANGEL MORELLI



DOS POEMAS

recuerdos de un viaje

hay mundos dentro de este mundo |
que no son de este mundo |
ni siquiera de ninguno de los otros mundos

hay ojos dentro de mis ojos |
que no son mis ojos | ni podrán ser míos

sin embargo | para ver otros mundos hacen falta otros ojos
del mismo modo que para ver la primavera
fue necesario que muriera   |
                                lejos del mundo   |
                                               aquella mañana


 poema

tan altas estaban las estrellas
que mi madre nos ponía un cántaro con agua
para que pudiésemos juntarlas con las manos

desde entonces ya no he vuelto a ver cielo |
y noche tras noche espero la lluvia 
para buscar entre las piedras su reflejo

lunes, 23 de mayo de 2016

DENISE LEÓN



YOUR THINGS

I

En el último
cuarto
estamos sentados
los tres
-rodeados-
por tus
cosas.
Fueron guardadas
con cuidado
por manos
con bordes
luminosos.

Ahora
sólo una urgencia
que oscurece
los días
y
la falsa promesa
de tus pasos

en el cuarto.

SILVINA CHACON



EN EL MAR SE HUNDE UN RELÁMPAGO

II

Un hijo
reclama su nave, la nave entiende
se debe al hijo y
lo acuna lo lleva
en su vientre viaje y
sonríe y declara
hay viento, nos lleva buen viento.

Un rumbo, dos rumbos
la nave una nuez, se parte y sonríen
felices los ignorantes.

No el viento, hijo. Yo.
Yo sostengo las velas blancas y
también sostengo las velas negras.

Asombro y gracia es el hijo.

Detrás el vendaval.

Suspira la madre
arría bandera, iza bandera
el hijo el mástil.

¿Hasta dónde madre?
¿Hasta dónde hijo?

Una mañana de naves
ligera, la nave busca viento
un soplo extravío o soplo de fuego
y ella mira la hiena parida.

Relámpago.

En el mar se hunde un relámpago y
sabe cómo.

Cómo cortar las amarras.

sábado, 27 de febrero de 2016

JONIO GONZÁLEZ



PERRO NEGRO


el hacha de los actos
semeja el pensamiento
una palabra es una palabra
yo disipaba tu realidad
te esperaba cada tarde
eufórica
doméstica

una palabra es una palabra
y la cuerda que te até al cuello
fue la cuerda que me até al cuello
un señuelo

una palabra es una palabra

no deja deuda sin cobrar

viernes, 22 de enero de 2016

GABRIELA PICCINI



A veces el arroyo dice cosas que no entiendo:
que la flor del filodendro es casi un hombre
o casi una mujer, quizás no importe,
que se abre por un día hasta llenarse de bestias diminutas
y luego las guarda en su corazón de cerrada piedra.

¡Qué rápido cambian ciertas cosas!
Alguna vez
cuando viví en el fondo del mar
vi que rápido crecen las medusas

De un lado de la cañada
baja rodando la alegría
del otro lado
ni un molino

Una mariposa callejera
pasa a muy poca distancia de mi garganta
y no me ve
Los brotes nuevos tejen mínimos mundos que estallan si los toco

Aún no entiendo por que suceden ciertas cosas

Tallos con angustias,,
raíces que se enredan en el aire,
hojas que con mal gesto se suicidan,
árboles que caminan despacio
con su pelo largo y llenos de aves escondidas
que me miran y se callan y me miran y se callan
y todo un suburbio la hojarasca habitada por pequeños criminales

El arroyo sigue insinuando un modesto augurio
y llegan el trueno
y su voz de mando
y la quietud anterior a los profetas
hasta que el monte se atormenta
y llueve,
entonces todo tiene olor a cielo virgen
entonces la materia no responde a órdenes urbanas.

Aquí debajo no se conoce el horizonte
y aunque ya no lo pregunto
(tal vez es mejor así)

sigo sin entender ciertas cosas.