MANIFIESTO
A veces cuando el mundo le
pasa por encima
a mi capacidad de
comprender,
el daño viene
en un íntimo acto del
asombro
y desde el caos
solo se va ordenando.
En los últimos tiempos
hay quien objeta,
no sin razones,
los límites inciertos
entre el poema y lo real
como una idea de quedarse
con algo
del dolor de los otros.
Para evitar el riesgo uno
podría resguardarse en la
anestesia
del domingo a la tarde
y rematar con dos versos
sencillos acerca
de la contradicción del
animal humano.
A veces creo que todo lo
que pasa
es que algo tiene que
sangrar,
entonces veo indicios de
lo impensado y quedo
como después de un viento
que me ha llevado la pollera
varada,
soy un escarabajo
dado vuelta en la avenida.
Qué linda sorpresa, Hugo!
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