ITINERARIO DE LA COMPAÑERA
Copa y cobijo de mi sangre, roja mazorca desgranada hacia la tierra.
Lámpara ardiendo al aire libre, pétalo dulce en que la noche se
concentra.
Gota de furias y nostalgia, dame la luz con que el Verano te despierta.
Qué sé de ti más que tus ojos cuando van tras el palomo de la siesta.
Simple racimo de la vida cuyo dolor inabarcable te sustenta
-piedra pulida por el agua, rama de sauce para el ángel de la niebla-
desde el rescoldo de los sueños te viene un soplo de intemperies
polvorientas
que aroma largo en tu mirada cuando el amor dice tu nombre
y lo desvela.
Piedra labrada por el viento. Página escrita con un ácido de ausencias.
Como los pastos en la tarde tu corazón hacia el poniente se doblega
para escuchar aquellos días en que tu pecho era el rumor de las acequias.
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