martes, 16 de octubre de 2012

RODOLFO ALONSO



FUNERAL DEL ÁLAMO

Daba luz, daba lumbre,
daba ánimo.

Una plaga ha roído
por dentro hasta matarlo
al árbol más querido, al
estremecedor y estremecido
álamo carolina
que desde la vereda
con el viento en sus hojas
daba voz a mi casa.

Yo me he quedado mudo
con él.

Y el mismo Haroldo Conti
(quizá, seguramente)
dondequiera que esté
pensando en su balada
también habrá hecho una mueca
de disgusto.

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