HILOS
Buscando un alfiler abro esta cajita
de lata redonda y rosada
que me acompaña por las islas
de casa en casa y encuentro
un sin fin de hilos de colores,
los hilos que mamá me regalara,
su mano protectora dispuesta
a prever necesidades y acaricio
los hilitos como si así pudiera
rozar su mano en los detalles
del infinito abanico que aparecen
igual a un collar de perlas día a día
desasidas rodando con fulgor
y agradecida pena en mi corazón
por lo vivido como si fueran
algo natural esos gestos
que recibimos sin prestarles
la atención debida y se consagre
el instante que advertimos
mucho después frente a estos hilos,
azul perlé y sedativas rojas,
hilván blanco y fuerte el cadena
negro con botoncitos para posibles
arreglos en una casa que hoy
tu hija, vieja ya, y huérfana
aprecia con lágrimas en los ojos
Belleza pura. Exquisita semblanza.
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