POEMA
ROJO
No,
no era la respiración del sol
color
manzana purpurando el monte.
No
eran pétalos de claveles rojos
que
algún dios irradiaba desde el cielo
sobre
la untuosa espera de la turba
Tampoco
era la luz de Marte dando
pinceladas
en la tela de nieve.
No
era el diablo arrojando una copa
de
vino tinto en una boca de tierra.
Poetas,
era sangre de un soldado
en
las islas de la niebla.
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